martes, 30 de octubre de 2012

Las DEA: los diagnósticos (y los falsos diagnósticos, en los dos sentidos)

Ya hablé de los NESE en el post ¿Qué es un NESE?, que es de lo más leído del blog. Allí expuse mis aventuras y desventuras con los diagnósticos y con los profesionales (y no tan profesionales) que forman parte del Departamento de Orientación. Ahí mismo podéis leer algo básico: tener una dificultad de aprendizaje no implica no poseer otras habilidades que te permitan saltarla, siempre y cuando uno reciba los estímulos y la educación que mejor se adapte a sus características.

Puesto que en esa entrada ya hablé mucho del asunto, no voy a repetirme aquí. Esta entrada sólo sirve para completar aquélla y para poner de manifiesto que tan malo es que un niño con una DEA no reciba las ayudas/adaptaciones necesaria como que se "etiquete" a un niño de disléxico/TDA/TDAH/etc. cuando no lo es. ¿Por qué? Por los siguientes motivos:

1. Los falsos positivos pueden hacer que un niño que no presenta dificultad se crea que la tiene y merme en su capacidad de esfuerzo, vamos: los falsos positivos crean holgazanes y comodones. Ya hablé en el otro post de los papás y orientadores obsesionados en encontrar algo donde no lo hay.

2. El hecho de que haya alumnos catalogados como falsos NESE hace que los que de verdad necesitan las adaptaciones y ayudas no las reciban tanto como debieran.

3. Tener a un alumno con una DEA no diagnosticada/identificada hace que el alumno crezca creyéndose inferior a los demás y con un severo problema de falta de autoestima, rasgo que puede desembocar en problemas de exclusión social de mayor envergadura.

4. Un alumno con una DEA sin identificar no recibe todas las ayudas que (legal, moral y profesionalmente) le corresponderían, y si por "buena voluntad" del profesorado las recibe, tal vez no vayan encaminadas en la dirección correcta.

He intentado resumir todo lo que podría suceder sólo en cuatro puntos, dos sobre los falsos positivos y dos sobre los falsos negativos. Esto es como un test de embarazo: tan malo es creerte embarazada y esperar con ansias un bebé que en realidad no existe como creer que no estás embarazada y que empieces a engordar misteriosamente (y no sea por las napolitanas de chocolate).

Bromas a parte, la profesionalidad y el trabajo preciso es lo que marcarán la diferencia en la educación de un niño o un adolescente en cualquier sentido. Un niño debe adaptarse a la escuela, pero la escuela también debe adaptarse un porquitín al niño, ¿no creéis?

Cuando un profesor vislumbra que puede haber algún trastorno de aprendizaje debe prestar especial atención a ese alumno para descartar o verificar que lo sea. Una vez puesto en marcha el protocolo, éste se debe revisar periódicamente para ver los avances del chaval en su modo de aprender, etc. No creo que haga falta decir que tener un informe completo del alumno que se revise anualmente y que pueda ser consultado en su expediente personal no sólo es ley, sino que además marca la diferencia entre un buen y un mal profesional y entre un alumno bien atendido y otro desatendido (e incluso mal atendido).

Dentro de clase yo sólo tengo una premisa: todos los alumnos pueden aprender. De una manera o de otra, todos pueden aprender; de mí depende que tengan éxito en ello o que fracasen. De mí depende hacerles llegar nuevas experiencias y conocimientos a través de todas las vías que sean necesarias (convencionales o alternativas) para que mejoren día a día y lleguen a ser personitas de provecho y con buen corazón. Todo lo demás, sobra.

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Por cierto, antes de que lleguen los salvapatrias de la educación a lapidarme: el post "¿Qué es un NESE?" está escrito con una mezcla de verdad e ironía, así que, por favor, leedlo desde ese punto de vista. Creo al 100% en lo que dije, pero debéis poner en marcha vuestras neuronas y vuestra inteligencia para desgranar el trigo de la paja... Que hay cada uno... ¡Qué madre mía!

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