lunes, 5 de noviembre de 2012

Lengua es más que escribir.

Cuando era alumna de la universidad aún conservaba esas ideas de que hay que tener una lectura y una escritura impolutas para aprobar lengua. Cuando empecé a dar clases me topé de morros con la realidad y me di cuenta de mi mayúsculo error. No todos los niños tienen las mismas habilidades ni aptitudes, y del mismo modo no podemos reducir las habilidades lingüísticas solamente a dos.

Si básicamente la lengua puede reducirse a hablar, escuchar, leer y escribir, ¿por qué nos limitamos siempre a las dos últimas? Con ello abocamos a los niños que tienen dificultades en lectura y escritura a suspender lengua in aeternum, y no es ni justo ni profesional.

Si bien es cierto que en una clase debe haber orden y silencio cuando sea preciso (escuchar explicaciones, concentrarse...), es del todo contradictorio que un profesor de lengua no permita hablar a sus alumnos. ¿Estamos locos o qué? ¿Cómo podemos evaluar -y si es preciso corregir- la expresión oral si ésta no se produce? Y no, no me digáis que con presentaciones y exposiciones porque no, no es lo mismo. No me podéis comparar la oralidad espontánea con un discurso planificado rodeado de timidez, nervios e inseguridad en el mejor de los casos. Se pueden evaluar las dos cosas, pero de manera muy distinta.

El habla queda muchas veces relegada ya no a un segundo plano, sino a un tercero, un cuarto o un quinto, y la escucha mucho más. ¿Por qué no hacemos comprensión de textos orales en clase? Ah, no, resulta que eso sólo lo pueden hacer en inglés, que si no, uf, no vaya a ser que innovemos y demos una oportunidad a los alumnos, uf, qué horror, ¿no? Eso es porque no le damos a esa habilidad la importancia que realmente tiene. ¿Cuántas veces hemos dicho "este niño no escucha"? Bien, y tú, ¿haces algo para que aprenda a escuchar? Ahí tienes la respuesta.

Desde mi punto de vista y desde mi -escasa- trayectoria profesional puedo aseverar que los ejercicios de comprensión oral suelen gustar mucho a los alumnos, puesto que les implican poco "esfuerzo activo", es decir, no tienen que escribir mucho -a priori-, y profes carcas, animaros, ¡qué ésta es una buena manera de conseguir silencio! Poner una canción y preguntar de qué trata, rellenar huecos, poner un informativo de la radio o un programa sobre cualquier tema, puede ser un gran pretexto para una miniunidad didáctica. Eso sí, cuidado, 5 minutos como mucho, que tenemos a adolescentes en clase, no a grandes doctores de las mejores universidades. También hay que adaptar el tema. La física cuántica -que no sé qué es- no cuenta, y la estabilización del déficit tampoco.

Encontrar el justo medio entre mantener el orden en clase y proponer actividades novedosas que exploren otras habilidades y potencien las habilidades de TODOS los alumnos es difícil, pero os prometo que es reconfortante, especialmente cuando se ven los resultados y las caritas de satisfacción, porque amigos, ¡eso no tiene precio! Así que ya sabéis: ¡potenciad la oralidad!



¿Cómo podemos hacerlo?

IDEAS PARA ACTIVIDADES

· Hacer un show & tell estilo pelis americanas. Por ejemplo, pueden traer un juguete de cuando eran pequeños y explicar a sus compañeros por qué lo recuerdan.

· Declamar poemas. Es muy bonito ver que un alumno se aprende unos versos y se los dedica a su enamorada. Además, ¿y el buen rollito que da hablar de amores? Ayyyyy... Jajajaja.

· Role plays. Simular que están en una situación a la que no se suelen enfrentar -todavía-, como por ejemplo ir a hacienda, hablar con un médico (ay, mamás, ¿por qué no dejáis hablar a los niños?), etc. Esto implica todo lo que tiene que ver con registros y formas de respeto, así que se puede aprovechar en esa unidad.

· Debates, coloquios y mesas redondas. Si sois tutores, aprovechad la hora de tutoría. Truco: los temas sobre sexualidad, alcohol y drogas les encantan, así que se puede aprovechar el formarles en la prevención de riesgos con el uso de la lengua oral.

· Poner una canción y después hacer preguntas sobre la letra.

· Plantear cuestiones sobre un texto expositivo que posteriormente los alumnos oirán, para que así presten más atención a aquello más relevante.

· Al estudiar las variedades del español, poner audiciones de diferentes zonas y que las tengan que reconocer. Se puede hacer en grupos, como si fuera un concurso, y tener chocolatinas para los vencedores.

Hay muchas más, pero éstas son las que se me han ocurrido mientras escribo. ¿A vosotros se os ocurre algo? Espero que sí, porque así todos los chavalines tendrán la oportunidad de aprender, de mejorar y de ver unos buenos resultados en su aprendizaje. Esto potenciará su autoestima, así estarán más felices. Resultado: tendrán un mejor comportamiento y un rendimiento óptimo. Es un círculo vicioso: lo innovador y positivo genera bucles de "buenrollismo". It's so easy!

No hay comentarios:

Publicar un comentario