miércoles, 9 de enero de 2013

Vuelta a la uni

Hoy he regresado a mi universidad, a mi alma mater, a la UIB. El motivo de mi visita a la Universitas Baliarica no ha sido otro que el temido papeleo: la burrocracia.

Al llegar me he percatado de que algunas cosas habían cambiado y de que otras seguían exactamente igual. Mi facultad, el edificio Ramón Llull, sigue siendo el más viejo, el más feo y el más frío de todos, pero también sigue siendo el más limpio. También me he dado cuenta de que formo parte de otra época y de otra generación universitaria: la prebolonia. Me he sentido vieja, pero también me he sentido querida al ver que el personal de administración y servicios se acordaba de mí. 

Me he reído mucho al coincidir con una antigua administrativa de la facultad en otro edificio al que acudí a por un certificado. Hemos recordado viejos tiempos y algunas anécdotas. También me ha emocionado que Marisa la del bar me hiciera un zumito de naranja y coincidir en muchas cosas durante la breve conversación con el entrañable conductor de bus de la línea 19. ¡Y qué decir de la amena charla con Toni, del Servicio de Información!

¡Cómo hemos cambiado y cómo pasa el tiempo! De tanto en tanto es bueno recordar que las personas vamos y venimos, que tenemos unos orígenes, unas vivencias y un entorno que han forjado nuestra manera de ser. Aún asi, cabe recordar eso de "no pases sólo por la universidad, deja que la universidad también pase por ti", porque señores, en la facultad aprendemos a "saber" muchas cosas, pero en la vida real son las collejas de la experiencia las que se encargan de que aprendamos a hacer y a "ser", rasgos estos dos que son, básicamente, los que permitirán que nos saquemos las castañas del fuego, que a fin de cuentas, es lo que vale. 

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