lunes, 11 de noviembre de 2013

El mejor de los despertares

Cuando eres profe asumes que gustarás a unos y disgustarás a otros. Unos te adorarán y otros te odiaran. Unos te recordarán y para otros pasarás sin pena ni gloria. Esta mañana me he encontrado este e-mail en mi bandeja de entrada; es de una ex alumna de Ibiza a la que quiero mucho y de la que hablo muchas veces. Leedlo y juzgad vosotros mismos, porque creo que sobran las palabras.


"Bueno, como sé que si te escribo por el blog muchas compañeros se me echaran encima (que si pelota, que si ojito derecho de la profe o cualquier chorrada que se pueda considerar de tus chiquimonster jajaja), ¿Cómo te va todo?
Por lo que veo por el blog (aunque mucho tiempo de mirarlo no tengo, la verdad) estás bien, todavía no has estrellado el coche jajajaja. En clase, entre compañeros, y sobretodo J. R. (tu mejor alumno creo recordar jajaja) nos acordamos de ti, bonitos recuerdos la verdad...
Te envío un saludo y un abrazo virtual (pero no un abrazo de esos de pederastas de red y cosas de esas jajaja)."

Por ti, querida chiquimonster, por ti y por todas las maravillas que son como tú vale la pena ser profesora. Siempre estaréis en mi corazón y, cuando piense en vosotros, así, de soslayo, se me dibujará en los labios una leve sonrisa de añoranza. Esa sonrisa es el motor que nos empuja en los peores momentos, cuando una clase se nos rebota o cuando alguien nos cuestiona. Esa sonrisa hace que sigamos siendo profes.

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Por cierto, Maricuqui mía, después de hacerme llorar en buena mañana de lunes creo que debías salir en el blog. ¡Y como protagonista! Ah, se me olvidaba... ¡Ya tengo el carné! :D

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