miércoles, 28 de mayo de 2014

I'm trying not to give up!

Ante todo y sobre todo, y después de oír atentamente la charla sobre seguridad y responsabilidad en la red que nos ofreció el CNP en el cole, quiero dejar muy claro que "soy responsable de lo que yo escribo, no de lo tú que entiendes". A través de este blog es como consigo mantener la poquita salud mental que me queda. Nunca he difamado a nadie (bueno, a Wert y a otros políticos sí, para qué negarlo, y además sé que os gusta), ni he dicho mentiras (no soy tan lista para poderlas mantener), ni he cometido ilegalidades electrónicas, por llamarlas así. Entiendo que haya personas que no compartan mi punto de vista o que no sean capaces de respetar no sólo una postura diferente a la suya, sino tampoco una situación personal divergente. Si alguien se ha dado por aludido, a parte de que no es mi problema, sino el suyo, le sugiero que no siga leyendo.

Hoy os voy a hablar de mí, de cómo me siento, de mis circunstancias y de por qué llevaba tanto tiempo sin escribir en el blog.

Como bien sabéis, los profesores somos unos parásitos sociales que cobramos un pastizal del gobierno y tenemos tres meses de vacaciones al año. Por todo ello mi situación actual es la siguiente:


  • Un horario irregular que me impide cualquier rutina. 
  • Un cansancio físico y mental producto de seis meses intensísimos con 6 o 7 niveles diferentes (con todo lo que ello supone). 
  • Dolores de cabeza insufribles (jamás había tenido estas cefaleas tan acusadas, nunca). 
  • Tensión extremadamente baja. 
  • Agotamiento físico y dolor de articulaciones (debilidad).
  • Trastornos del sueño. 
  • Somnolencia excesiva. 
  • Menstruaciones irregulares. 
  • Trastornos alimentarios. 
  • Falta de concentración. 
  • Torpeza. 
  • Apatía. 
  • Poca iniciativa para la interacción social.
  • Descuido del entorno personal (me cuesta mantener limpia la casa, mucho, y no es broma). 

Todos estos son factores reales, empíricos, no me los invento (¡ojalá!), están ahí, incordiándome, impidiéndome hacer vida normal. El detonante de este estado es mi trabajo, y no la parte docente, sino digamos la parte administrativa. Otro hecho objetivo. 



Y vosotros me diréis: ¿Por qué no te pillas una baja? Pues muy fácil, yo os lo contesto. No pido la baja por diferentes motivos:
  • En primer lugar, porque el problema no es docente, 
  • y por ello mis alumnos no se merecen dejar de aprender ni perder clases. 
  • En segundo lugar, porque putearía, y mucho, a mis compañeras, quienes tendrían que cubrirme. 
  • Además, gracias al fabuloso gobierno de turno, económicamente no me puedo permitir una baja. Supondría un severo menoscabo a mi ya de por sí maltrecha economía. 
  • Finalmente, no creo que una baja, en mi caso, sea la solución. Rendirse es de cobardes, aunque reconozco que a veces la cobardía es el mejor de los caminos: una retirada a tiempo es siempre una victoria. 
Diréis que soy una pupas y una quejica, pero a fin de cuentas me quejo en MI blog, en MI Facebook o en MI Twitter. Si alguien no quiere leer MIS lamentos no tiene más que no entrar en MI blog ni en MI muro (¡cotillas!). Además, afortunadamente, algunos de vosotros sois MIS amigos y gracias a vosotros consigo mantener MI salud y MI ánimo en un estado aceptable para poder sobrellevar el día a día, y por eso, sólo por eso, que no es poco, os merecéis todo el oro del mundo (que desgraciadamente no es mío) y todos MIS besos y MIS abrazos y MIS mejores deseos para vuestra vida, vuestro trabajo y todo lo que os propongáis. 

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