lunes, 20 de abril de 2015

Matan a un profesor en Barcelona y no pasa nada.

AA ver, que yo me entere. Un puto niñato de mierda de 13 años mata a un profesor con una ballesta, y dentro del centro, y resulta que no pasa nada precisamente porque es un puto niñato de mierda de 13 años, y no de 14, y resulta que no tiene edad penal para ser incluido en el código de menores y por ello no se le juzgará, sino que sólo se le pondrá bajo supervisión de un organismo????? Vamos, hombre, no me jodas. Que me lo manden a casa y va a saber este bicharraco lo que es cumplir condena.

Aquí os dejo un enlace a la noticia: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/04/20/catalunya/1429517734_522794.html

Analicemos los hechos, pese a que reconozco que estoy en caliente y que seguramente aún no tenemos todos los datos.

1. ¿Qué coño hace un mocoso de 13 años con una ballesta? Puede que la use para tiro deportivo. Si es así, sus padres son los responsables de custodiarla bajo llave mientras no está en uso para esa disciplina y nadie debería tener acceso a ella salvo sus tutores legales, al igual que sucede con las armas de los cazadores, por ejemplo. Además, en teoría se deberían esconder las diferentes partes del arma en diferentes sitios. Esto a todas luces no ha sucedido. Pero no os preocupéis, no voy a juzgar a los padres (o sí, aún no lo sé), suficiente martirio tienen ya con el hijo que les ha tocado como para encima recriminarles lo poco ortodoxo de su actuación. Lo de la fabricación casera da para todo un tratado a parte.

2. ¿Y una escopeta de balines? Volvemos al punto anterior. No me creo que en la misma casa haya tantas armas, y no por la cantidad de armas, sino porque estén a la libre disposición de un niño de 13 años. Seguramente en su momento les pareció divertido que el niño tuviese un arma en las manos y que la supiese disparar. Ahora no se lo debe de parecer tanto. Como pareja de un miembro de las Fuerzas Armadas doy fe del celo con que ellos cuidan, mantienen y devuelven sus armas después de usarlas. A menos que se trate de una feria o de una exhibición, jamás están a disposición de nadie que no sean ellos. Con eso no se juega. Saben muy bien que un arma en manos de quien no corresponde no sólo es peligrosa por ser un arma en sí, sino por el uso que se le pueda dar.

3. Lo del puñal es lo único que entiendo. Todos tenemos cuchillo en casa. Lo que me llama más la atención es que alguien haya podido ver a ese chico por la calle pertrechado de puñal, escopeta y ballesta y no haya dicho nada. ¿Responsabilidad social? ¿Dónde? ¿Sentimiento de comunidad educativa? ¿Eso qué es?

4. ¿Puede que el menor tuviera una enfermedad mental no diagnosticada? Sinceramente, aunque en el país en que vivimos y en nuestros tiempos afortunadamente el diagnóstico de trastornos a menores es cada vez más afinado, es algo poco probable que un muchacho así hubiera pasado desapercibido. Por el bien de todos, y por el suyo propio, desearía que fuera este el caso, ya que al menos daría una "justificación" a las víctimas.

Como he dicho antes, este post lo escribo "en caliente", ojalá los datos de la investigación me puedan contradecir y yo ande sumamente equivocada (aunque me temo que no voy del todo desencaminada con mis elucubraciones).

NOTA FINAL: La ley del menor española tampoco es gran cosa... Ni nuestro código penal ordinario para adultos. País de pandereta.

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