viernes, 5 de junio de 2015

Pincha aquí, pincha allá, vacúnate, vacúnate... Un poquito de inmunidad y sálvate, y sálvate...

Seeeeee, es imaginarme cantar esto en plan ochentero y me da un subidón. Hahahaa. Bueno, al loro, que luego me despisto. El tema de hoy es sumamente serio, y más después del reciente caso de difteria en un niño de Olot (¿por negligencia de los padres?) a quien le deseamos todo lo mejor del mundo y mucho cariño para que se recupere pronto. Como os decía...

Hoy Diario de una profesora interina se desplaza a otro blog para hablar sobre las vacunas. ¿Y quién soy yo para hablar sobre las vacunas? Básicamente nadie, por eso me he dedicado a recoger las opiniones de una enfermera con una amplia trayectoria y de una futura doctora que está especialmente implicada con la salud infantil. Son Marga Ferrer y Laura Villalonga. ¡¡Dos encantos!! ¿Y por qué hablo yo de vacunas? 1. Porque Eulàlia, una mamá bloguera muy concienciada con la salud y la educación infantiles me lo ha pedido, 2. Porque hace un añito que la pobre Princess, su peque, contrajo la varicela -afortunadamente pasó rápido- y 3. Porque por el trabajo de mi chico últimamente le han tenido que poner un recordatorio de todas las vacunas existentes en el mundo mundial -TODAS- y estamos muy concienciados con la prevención de enfermedades. Cuando digo todas, digo todas: fiebre amarilla, tifus, cólera (oral), meningitis... Todas. Menos la de la rabia, las tiene todas. ;)

Aquí tenéis el enlace al post en el blog Princess and Owl Stories, que está estructurado en breves apartados, según lo que le interese a cada uno. Personalmente, me quedo con la opinión de Eulàlia, la mamá que nos ha dado voz en su blog para difundir este tema (que empezamos antes de que fuera noticia), que comparte en su introducción: "Personalmente pienso que la vacunación es un derecho de los niños, no de los padres. Aunque al fin y al cabo sean los niños, y toda la sociedad, quien paga las consecuencias. Respeto todos los modos de crianza y las formas de vivir la maternidad/paternidad de todo el mundo, pero no puedo entender que unos padres pongan en riesgo la vida de sus hijos y de todos los que están en contacto con ellos." 





Cartilla de salud y vacunación para las niñas de 1985.
Si hay algo de lo que estoy especialmente orgullosa es de que mi madre -como tantas otras- velara por mi salud y por la de mi hermano. Como mi hermano ha sido siempre un niño sanísimo con el que sólo tuvimos que lamentar varias decenas de huesos rotos durante su infancia porque estaba un poco asilvestrado :D (y aún le dura, jejeje), mi madre tuvo que asegurarse de que yo no pillara nada, porque era un imán para virus y bacterias de toda clase y condición. Afortunadamente ya desde los primeros meses me vacunó de todo lo vacunable, al igual que hizo con mi hermano, y siguió con nuestro calendario vacunal hasta completarlo. Como veréis, en esa época no se vacunaba de la varicela... y la pillé. A los 8 años, después de mi comunión. La recuerdo como una de las peores semanas de mi vida: baños de almidón, fiebre altísima, picor, la mente que se me iba... ¡Ojalá hubiera existido vacuna!

Asimismo, tanto mi hermano como yo hemos seguido actualizando nuestro calendario vacunal adulto, especialmente con las dosis recomendadas de tétanos-difteria (sí, esa enfermedad evitable por la que un niño está muy grave en el Vall d'Hebrón), en el caso de mi 'broder' porque sigue siendo un desastrillo que se corta con todo y la lía parda, y yo creo que con tantas dosis que tiene está inmunizado de por vida. En mi caso, como dosis de recuerdo. Y me queda una -prácticamente última- a los 35 o 36 años.




Lo tengo tooooodo, toooooooodo... ;)


Algo que realmente me preocupa es que todos los padres tienen acceso a las vacunas de las enfermedades más severas (pese a que otras sí son de pago), puesto que ni los politicastros que nos gobiernan se han atrevido a quitarlas de la seguridad social porque, obviamente, tanto su vida como la de los suyos, en caso de epidemia, también estaría en juego (no son tontos, no...). Cualquier niño que resida o reciba asistencia en España no sólo tiene sanidad gratuita independientemente de su situación legal en nuestro país, sino que, por el bien de toda la sociedad, también tiene su vacunación garantizada. Es decir, si no les ponen las vacunas es 1. por desconocimiento (los menos), 2. porque no quieren (la mayoría). ¿Sería esto segundo una negligencia? Para mí, sí. Es como tener a un niño con 40 de fiebre y no darle un antitérmico, o a otro con una herida abierta e infectada y no llevarlo al médico. De locos.

Aunque os recomiendo fervientemente que os leáis la entrada de Princess and Owl Stories, en la que a continuación de la introducción de Eulàlia aparece el artículo, aquí os lo dejo en formato descargable, así como también el artículo más profundo y documentado, con una marcada aportación médica, que nos hizo llegar Laura Villalonga.


6 comentarios:

  1. Gracias por la mención y por tu gran artículo. Habéis hecho las tres un trabajo estupendo. UN besazo ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por hacer difusión de algo tan importante. Trabajando en el ámbito educativo, las dos estamos expuestas a todos los bichitos que nos puedan contagiar nuestros chiquimonsters. ¡Mejor prevenir! ;)

      Eliminar
  2. Habrá que vacunarse contra la catáfora.

    ResponderEliminar
  3. Muy buen articulo. Gracias por compartir con nosotros
    Un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por su comentario! Salud y educación unidos somos MÁS!!!!

      Eliminar